EL CABALLO ZURUMBAIRO
HABÍA UNA VEZ UN MARQUÉS MUY AFICIONADO A LOS CABALLOS, TANTO, QUE LOS QUERÍA MÁS QUE A LAS PERSONAS Y LOS TRATABA MEJOR. COMO BIEN PODÉIS IMAGINAR, SUS CABALLERIZAS ERAN LAS MÁS GRANDES DEL PAÍS, Y EN ELLAS VIVÍAN A CUERPO DE REY CIEN CORCELES A CUAL MÁS HERMOSO Y NOBLE, AUNQUE SU FAVORITO ERA UN BRIOSO ALAZÁN QUE CORRÍA QUE ZUMBABA, Y POR ESO LO LLAMABA ZURUMBAIRO. LO TENÍA EN UNA CUADRA PARA ÉL SOLO QUE ERA ESPACIOSA COMO UNA PRADERA Y LUMINOSA COMO UNA MAÑANA DE VERANO.
UN BUEN DÍA, EL MARQUÉS TUVO QUE IRSE A LA CIUDAD, PERO ANTES DE PARTIR, FUE A HABLAR CON EL CAPATAZ DE LAS CABALLERIZAS, QUE SE LLAMABA CIPRIANO.
-CAPATAZ -DIJO EL MARQUÉS, CON EL CEÑO FRUNCIDO-. CUIDE USTED MUY BIEN DE MIS CABALLOS, SOBRE TODO DE ZURUMBAIRO, QUE ES LA JOYA QUE MÁS QUIERO. SI LE PASA ALGO EN MI AUSENCIA...... ESTRANGULO AL QUE ME DIGA QUE HA MUERTO. ¡LO JURO POR EL CABALLO ATILA Y EL DE ALMANZOR!
PUESTAS ASÍ LAS COSAS, CIPRIANO Y LOS MOZOS QUE CUIDABAN LAS CUADRAS NO DEJABAN DE VIGILAR A ZURUMBAIRO A TODAS HORAS. SIN EMBARGO, UN DÍA, CUANDO UN MOZO LLEVABA A ZURUMBAIRO DE PASEO, AL CRUZAR UN SENDERO LLENO DE AMAPOLAS ROJAS Y BLANCAS Y CARDO MORADOS, EL CABALLO DIO UN BRINCO DE REPENTE Y HUYÓ A GALOPE TENDIDO.
EL MOZO QUE LO CUIDABA VOLVIÓ CORRIENDO A LAS CABALLERIZAS A CONTAR A CIPRIANO LO OCURRIDO Y, RÁPIDAMENTE, SALIERON TODOS A BUSCARLO.
AL CABO DE UN PAR DE HORAS, LO ENCONTRARON TUMBADO EN LA PRADERO, RODEADO DE UNA NUBE DE MOSCAS. CIPRIANO LO MIRÓ POR TODAS PARTES Y DESCUBRIÓ EN LA PATA DOS PUNTOS ROJOS COMO LOS QUE DEJAN LAS MORDEDURAS DE VÍBORAS.
-LE HA PICADO UNA VÍBORA -ANUNCIÓ A LOS MOZOS-, Y FUE HACE DOS HORAS.... NO HAY NADA QUE HACES - CONCLUYÓ BAJANDO LA VOZ.
-¡SE HA MUERTO, SE HA MUERTO! -SE LAMENTARON LOS MOZOS-. ¿QUIÉN IRÁ AHORA A DECÍRSELO AL MARQUÉS?
-IRÉ YO -DIJO CIPRIANO-, PORQUE SOY EL CAPATAZ Y SOY YO QUIEN SE LO TIENE QUE DECIR. -LOS MOZOS, AL VERLO TAN CONVENCIDO, LO MIRARON CON UN POCO DE REMORDIMIENTO, PERO A NINGUNO SE LE OCURRÍA UNA SOLUCIÓN-. ¡NO OS PONGÁIS ASÍ, RETRUÉCANOS! -EXCLAMÓ AL VERLOS TAN CABIZBAJOS-. A LO MEJOR LO ENCUENTRO DE BUEN TALANTE Y NO CUMPLE LO QUE DIJO -AÑADIÓ FINGIENDO QUE NO TENÍA MIEDO-. BUENO, AHORA ME VOY A CASA. HASTA LA VISTA.... ESPERO.
SIN EMBARGO, CIPRIANO NO SE MARCHÓ A CASA PORQUE ESTABA MUY PREOCUPADO Y NECESITABA PASEAR. PASEANDO, PASEANDO, LLEGÓ A CASA DE SU SOBRINO JOSÉ Y ENTRÓ A CONTARLE TODO LO SUCEDIDO.
-¡NO HACE FALTA QUE LE DIGA QUE SE HA MUERTO, TÍO! -EXCLAMÓ JOSÉ, DESPUÉS DE ESCUCHAR A CIPRIANO-. VÁYASE A CASA Y PROCURE DESCANSAR, QUE ESTÁ USTES MUY NERVIOSO. MAÑANA POR LA MAÑANA, NOS VAMOS JUNTOS A VER AL SEÑOR MARQUÉS, PERO DÉJEMO A MÍ HABLAR POR USTED.
ASÍ PUES, AL DÍA SIGUIENTE, CIPRIANO Y JOSÉ LLEGARON A LA CAPITAL AL ATARDECER Y FUERON A VER AL MARQUÉS.
-SEÑOR MARQUÉS, MI SEÑOR -LE DIJO JOSÉ CON LA VOZ TAN SERENA COMO PUDO-, SOY JOSÉ, SOBRINO DE CIPRIANO, SU CAPATAZ, Y HABLO EN SU...
-¡AL GRANO, AL GRANO, JOVEN -LE CORTÓ EL MARQUÉS DE MAL HUMOR-, QUE NO TENTO TODO EL DÍA!
-TENEMOS QUE ANUNCIARLE QUE EL CABALLO ZURUMBAIRO ESTÁ TENDIDO EN EL CAMPO, RODEADO DE MOSCAS DE CABEZA A RABO.
-¡POR EL CABALLO DE TROYA, NO TE COMPRENDO! DÍMELO OTRA VEZ.
-PUES TENEMOS QUE ANUNCIARLE QUE EL CABALLO ZURUMBARIO ESTÁ TENDIDO EN EL CAMPO, RODEADO DE MOSCAS DE CABEZA A RABO -REPITIÓ JOSÉ CON MÁS CONVICCIÓN.
-¡POR PEGASO, POR BABIECA Y POR ROCINANTE! -RUGIÓ EL MARQUÉS-. ¿INSINÚAS QUE MI CABALLO SE HA MUERTO?
-¡AH, MI SEÑOR! DIJO JOSÉ, ASUSTADO-. ¡USTED LO HA DICHO, QUE YO NO!
-¡COMPRENDO! YO JURÉ POR EL CABALLO DE ATILA Y EL DE ALMANZOR QUE ESTRANGULARÍA A QUIEN ME DIJERA QUE ZURUMBAIRO HABÍA MUERTO -DIJO EL MARQUÉS AMENAZADORAMENTE-. TE CREES MUY LISTO, ¿VERDAD? ¿PIENSAS QUE VOY A ESTRANGULARME A MÍ MISMO?
-MI SEÑOR -REPLICÓ JOSÉ-, HABRÍA ESTRANGULADO A MI TÍO, SI LO HUBIERA DICHO ÉL.
-¡PERO YO NO TENGO LA CULPA, POR TODOS LOS CABALLOS DE MUNDO! ¡LA TIENES TÚ, QUE ME HAS OBLIGADO A DECIRLO!
-TAMBIÉN USTED QUISO OBLIGAR A MI TÍO A QUE SE LO DIJERA -REPLICÓ JOSÉ.
EL MARQUÉS SE QUEDÓ PENSANDO UN RATO Y LUEGO DIJO, MUY ENFURRUÑADO:
-TIENES RAZÓN, JOVEN; HE ESTADO A PUNTO DE COMETER UNA BARBARIDAD. TE LO AGRADEZCO -AÑADIÓ SECAMENTE-. PÍDEME LO QUE DESEES Y RETÍRATE CON TU TÍO, QUE ME HAS PUESTO DE UN HUMOR DE PERROS.
-SEÑOR MARQUÉS -CONTESTÓ JOSÉ, MUY DECIDIDO-, MI MAYOR DESEO SERÍA AYUDAR A MI TÍO EN ESTE APURO, Y YA SE HA CUMPLIDO; PERO ESTARÍA MUY BIEN QUE USTED TRATASE A LAS PERSONA COMO HA TRATADO HASTA AHORA A LOS CABALLOS.
Y, DICHO ESTO, CIPRIANO Y JOSÉ SE RETIRARON. AL DÍA SIGUIENTE, EL TÍO INVITÓ AL SOBRINO A VISITAR LA CIUDAD, PARA DARLE LAS GRACIAS POR HABERLE SACADO DEL APURO. AL OTRO, VOLVIERON AL PUEBLO.
CUANDO LLEGARON, VIERON QUE TODO EL MUNDO ESTABA EN LA ERA BAILANDO AL SON DE UNA ORQUESTINA DE CINCO MÚSICOS. ADEMÁS HABÍA JUEGOS PARA LOS NIÑOS, UNA TÓMBOLA GRATUITA Y UN CHURRERO QUE REGALABA CHURROS Y CHOCOLATE.
-¿QUÉ FIESTA ES HOY? -PREGUNTARON LOS DOS, SIN CREER LO QUE VEÍAN.
-¡ES LA FIESTA DE LOS CABALLOS! -CONTESTÓ UNO DE LOS MOZOS-. EL MARQUÉS VOLVIÓ AYER DE LA CAPITAL CONVERTIDO EN OTRO HOMBRE.
NADA MAS LLEGAR, SE ENCERRÓ EN LA CUADRA DE ZURUMBAIRO Y ALLÍ PASÓ LA NOCHE LLORANDO. ESTA MAÑANA, EMPEZÓ A REPARTIR SUS CABALLOS ENTRE NOSOTROS, LUEGO ANUNCIÓ QUE CONSTRUIRÍA UNA ESCUELA Y UN HOSPITAL PARA EL PUEBLO EN LAS CABALLERIZAS Y DESPUÉS ORGANIZÓ ESTA FIESTA Y CONVIDÓ A TODO EL PUEBLO. ¡AHÍ LO TENÉIS, COMIENDO CHURROS COMO UNO MÁS! ¡QUIÉN SABE LO QUE LE HABRÁ PASADO!
TÍO Y SOBRINO SE MIRARON CON UNA SONRISA DE COMPLICIDAD Y FUERON A SALUDAR AL MARQUÉS. EN ESE MOMENTO, LLEGÓ A LA CARRERA EL MOZO QUE CUIDABA A ZURUMBAIRO DANDO UNAS VOCES QUE TAPABAN LA MÚSICA DE LA ORQUESTINA.
-¡SEÑOR MARQUÉS, SEÑOR MARQUÉS! ¡VENGA CORRIENDO, ZURUMBAIRO ESTÁ VIVO, SEÑOR! ¡SÓLO SE HABÍA CLAVADO DOS PINCHOS DE CARDO MORADO UNTADOS CON LECHE DE AMAPOLA! ¡SÓLO SE HABÍA DORMIDO PROFUNDAMENTE!
EL MARQUÉS SALIÓ ZUMBANDO, CASI COMO SU CABALLO, Y NO PARÓ HASTA LLEGAR A LA CUADRA. ALLÍ ABRAZÓ A ZURUMBAIRO Y LE HIZO MIL CARICIAS. CIPRIANO Y JOSÉ LLEGARON AL CABO DE UN MOMENTO A FELICITARLE POR HABER RECUPERADO A SU CABALLO FAVORITO.
-SEÑOR MARQUÉS -DIJO CIPRIANO-, ¡CUÁNTO ME ALEGRO DE VERLO TAN FELIZ!
-CIPRIANO -CONTESTÓ EL MARQUÉS SECÁNDOSE LAS LÁGRIMAS-, ES USTED UN VALIENTE, Y SU SOBRINO AÚN MÁS. ESTE MUCHACHO ME HA ABIERO LOS OJOS. DESDE HOY, SÓLO ME QUEDARÉ CON ZURUMBAIRO, PORQUE LO APRECO MUCHÍSIMO, PERO VIVIRÁ EN LOS ESTABLOS CON LOS DEMÁS ANIMALES Y ASÍ ESTARÁ MEJOR ACOMPAÑADO.
PERO, CIPRIANO, DESEO RECOMPENSAR A SU SOBRINO Y A USTED DE ALGUNA MANERA, ASÍ ES QUE MANDARÉ CONSTRUIR DOS CASAS, UNA PARA JOSÉ Y OTRA PARA USTED, EN LA ANTIGUA CUADRA DE ZURUMBAIRO, QUE ES GRANDE COMO UNA PRADERA.
A PARTIR DE ENTONCES, EN AQUEL PUEBLO, TODOS FUERON FELICES Y, DE VEZ EN CUANDO COMIERON PERDICES, PERO YO NO COMÍ NINGUNA PORQUE PREFIERO LAS ACEITUNAS.
FIN